La humanidad nueva: Fraternidad, Justicia social, Misión.
La unión fraterna se expresa en la unanimidad, que no significa pensar todos igual, sino en "sentir' con un solo corazón y una sola alma. Los autores del Nuevo Testamento expresan esta unanimidad mediante: obrar bien con todos y evitar el mal. La unanimidad se expresa en la mutua estima: no sólo se tolera a los que piensan diferente, sino que se les estima en lo que son y en lo que hacen y cómo lo hacen.
En la comunidad apostólica los miembros comparten sus penas y sus alegrías, se sienten solidarios con las necesidades unos de otros, de manera que comparten lo que tienen, y se ayudan mutuamente.
La hospitalidad en la comunidad cristiana supone la acogida de hermanos y de colaboradores, jóvenes y destinatarios del Evangelio, de personas de otras razas o culturas. El respeto hacia los hermanos más débiles en su fe: evitando el desprecio y el escándalo, es decir aquella conducta que pueda apartar al hermano la fe en Cristo o de su pertenencia a la comunidad.
En este momento todos debemos crear un proyecto en el que hablemos de nuestros niveles existenciales, psicológicos y espirituales para poder llegar a la humanidad nueva con fraternidad, justicia social y misión.
- La tarea central es convertirse en nosotros mismos. El proyecto personal ayuda a individuar aquel valor fundamental que responde a las necesidades existenciales del hombre y al rededor del cual se organizan los valores.
- - La elaboración de un proyecto personal necesita de una buena conciencia de la estructura psicológica de base. Ser conscientes de los límites y de las propias capacidades. Para llevar adelante una vida serena y positiva, es necesario partir de una buena autoestima, partir de una positiva imagen de sí mismos.
- - El proyecto parte de desear la verdad y es definido de aquel valor que toma posesión del corazón del hombre que unifica la persona. Requiere que el creyente se ejercite en la escucha y en la obediencia a Dios.
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